sábado, 10 de febrero de 2007
Cielo me llegó a destiempo
Soledad sin tristeza. De vez en cuando una puta necesidad de caricias o sonrisas cómplices. También la falta de compartir con un espíritu sensible y curioso. Luego llegó y me fui y ella está ahí y es al revés. Espero que tenga más suerte que yo.
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muchas veces pasa, no sè a qué se deba ese desfase, será que no pnemos suficiente atención a lo que deberíamos en determinados ratos? :S
Lo peor de todo es que no siempre las cosas son culpa nuestra. Ay, el horror, el horror.
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