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martes, 9 de diciembre de 2008

Mi cuerpo me odia

Usualmente se dice al revés pero yo soy taan original (¬¬').

Cronología:

De 0 a 4 años: no me acuerdo. Lo que sé es que al Papa no le tuve alergia.

De 5 a 7 años: cuando comía algo con colorante o usaba ropa de lana, me salían ronchas similares a esas que salen cuando una mosquita deposita sus huevos dentro de la piel. Dolía mucho.

De 7 a 10 años: no me acuerdo, supongo que nada. La vida era demasiado dolorosa como para que me importe mi cuerpo (en esa época mis primeros intentos de suicidio, pero la inanición no me mató).

De 10 a 12 años: escozor y prurito constantes, sobre todo en las piernas, causados porque la familia con la que viví durante esa época tenía un perro. Después me fui a otra casa.

De 12 a 16 años: la mejor época de mi vida, además del prurito constante, a mi cuerpo le dio por darme urticaria: fase 1 hinchazón casi imperceptible de la cara; fase 2 hinchazón evidente de labios; fase 3 hinchazón de amígdalas; fase 4 bloqueo del aparato respiratorio; fase 5 muerte por asfixia.
Dos veces llegué a la fase 2.5, no más porque me llevaron a urgencias; fueron mis primeras experiencias literalmente alucinantes porque me inyectaban cosas en las venas que inspiraron para mi fase emblemática en el colegio: "el mundo se mueeeeve". Al finalizar esa etapa descubrí que el vodka con jugo de naranja me daba la misma sensación de plenitud.

De 17 a 21: creo que nada, además de una espinilla enoooorme que me salía solo 1 vez al mes en mitad de la cara y que duraba 3 semanas. Además, terca como soy, se me dio por hacerme jipi y usar aretes de alpaca y sacos de lana de los otavalos, ambos me daban una ligera irritación, pero igual, a punte constancia, los aguantaba hasta que me acostumbré.

De 22 hasta hoy: al largarme del que era en ese entonces mi casa (dure 10 años ahí, toda una proeza), me fui a vivir a un sitio inmundo (humedad, perros, polvo, mi mamá), desde entonces tengo una sinusitis con temporadas altas y bajas.

Aún:
Cuando me despierto, estornudo.
Si hace mucho frío, estornudo
Si huelo a cigarrillo, estornudo.
Si estoy en un sitio de dudosa asepsia, estornudo.
Si estoy en un sitio con asientos de tela, estornudo.
Si tengo una mascota cerca, estornudo.

Y a veces moqueo, es un asco.

En navidades de mis 22 tuve una vida social muy activa (alcohol y comida, sobre todo, la gente me vale un culo). El 25 de diciembre amanecí con la cara hinchada. Según el doctor, (al que le hice trabajar de emergencia y me cobro un ojo de la cara en desquite) me pasaba algo así como que el sudor de mi cara (solo ahí) era muy ácido y me quemaba mi propia piel.

Después de eso tengo que usar corticoides de vez en cuando, por eso mi señor hígado reacciona tan mal ante ciertas cosas que me meto al cuerpo.

A mis 23 mi sinusitis se empeoró y me era muy difícil respirar, sobre todo en las mañanas; pero se mejoró después de que en la que en esa época era mi casa (ya había dejado, por tercera vez en mi vida, la casa de mi mamá) compraran una aspiradora de $2 000.

Cuando me fui a Madrid, donde pasé sin novedades (y a veces no barría mi cuarto más de una semana!), excepto a inicios de primavera (por las pelusas de los chopos) y cuando estaba en un ambiente de mucho cigarrillo (o sea, encerrada y  asfixiada). Nunca he estado mejor que en esa época, es bonito respirar.

A mi regreso fue difícil encontrar un departamento para arriendo que no esté alfombrado. lo conseguí pero la sinusitis siguió porque en mi actual casa de la calle de la república centroamericana no hay alfombra pero sí enormes ventanales que hacen que las noches sean heladas.

Ahora, mejor dicho desde hace algunos meses, además de mi sinusitis, tengo esa alergia que me dio ese 25 de diciembre por mi propio sudor, pero esta vez la tengo en todo el cuerpo (y más ahora que estoy con mucha presión encima). Los brazos, el pecho y el cuello están al rojo vivo (la cara no); a veces no está nada, a veces empeora, pero siempre es horrible.

Lo que me ha enseñado todo esto es a inyectarme yo sola en la pierna, y que no solo mi conciencia, sino también mi cuerpo, me odian.

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