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viernes, 5 de enero de 2007

Madre mía, estoy menguando

Sí, ya lo sabía, soy diminuta al tacto, cosita de nada, pequeñeja, vaya, un bichito, pero de ahí a que se me empiecen a caer los anillos de los dedos, no hay derecho, joder, no hay derecho.

4 Ya que entraste aquí, ¡COMENTA, CABRÓN!:

P dijo...

es que el que va en el anular no puedes ponerlo en el meñique sin que se deslice indiscriminadamente hacia el suelo o hasta el fondo...

La Dama del Abismo dijo...

Perspicaz tu punto de vista. Pero no es el caso. Será tal vez que el anillo se expandió(es que a veces mi cuerpo emite mucho calor, sobre todo cuando entro en sitios con calefacción a más de 30ª).

P dijo...

oh que interesante imaginarse eso, que el calor emitido por tu cuerpo expandió a ese punto el anillo.. hasta donde será el margen perceptible de nuestra influencia física en los objetos que nos rodean?

La Dama del Abismo dijo...

Tal vez ellos, los objetos, son los que influyen en nosotros y no al revés, pero, claro, los seres humanos somos tan antropocéntricos.