RSS

jueves, 12 de marzo de 2009

Puentes y distancias

Tengo claro que mi vida se divide en tres etapas: cuando soñaba en ir a Madrid, cuando viví en Madrid y cuando regresé de Madrid.
Soy patética.
Me hubiese quedado a vivir en España si las condiciones como inmigrante no tuviesen perspectivas tan complejas. Tener pasaporte ecuatoriano me convertía en una persona de tercer orden. Me hubiesen dado la nacionalidad si me casaba con un español, pero si me lo planteaba (YO, no los otros) todo apuntaba al fracaso (no con él, no con Él).
Además era pobre, muy pobre, tanto que cuando recuerdo cómo y con qué vivía me da risa, nostalgia.
Sin embargo era feliz porque ser pobre allá no significa lo mismo que ser pobre acá. Ser pobre allá significaba no vivir en c/Serrano, buscar las ofertas en el Carrefour para comer y tener que moverme en metros-trenes-buses-a pie. Adelgacé 7 kilos.
No quiero ni imaginarme qué significa ser pobre acá.
No sé porqué me alargo tanto, si lo único que quería era poner una foto de la primera vista que tuve de la Península Istérica (desde el avión). No fue sino hace poco, muy poco que supe dónde es para encontrar este sitio en el google earth.

0 Ya que entraste aquí, ¡COMENTA, CABRÓN!: