martes, 30 de diciembre de 2008
Enfermedad de colegio de monjas
Literal. Segunda opinión. Lo dijo el doctor. Lo mío, lo de mi piel, no es por comida, ni por alergia a mi sudor (como lo había dicho el eminentísimo ex dermatólogo que me vió), ni por el clima, ni ninguna otra cosa que no sea mi permanente deseo de perfección, de tener todo en orden y limpio; nada más alejado de mi actual realidad de caos y desconcierto.
Ya sabía que necesito un psicólogo, pero no conozco ninguno que, a su vez, también necesite de uno.
Ya sabía que necesito un psicólogo, pero no conozco ninguno que, a su vez, también necesite de uno.
0 Ya que entraste aquí, ¡COMENTA, CABRÓN!:
Publicar un comentario