Sobre el amor

Hace un año publiqué un post que hablaba del verdadero amor, no sé qué pasó pero se borró y no hice nada para recuperarlo (al post, no al verdadero amor).
Las circunstancias actuales dan para recordarlo.
Serán más o menos 5 años que por una discusión, más exagerada que tonta, Andrés me rompió la ceja izquierda lanzándome un plato a la cara. No le hable por casi 1 año hasta que se dignó en pedirme disculpas (era lo único que le necesitaba), en ese tiempo él ya superó la edad del burro, dejó de vestirse como un punkero imbécil y oír a todo volumen una música que sacaría de quicio hasta a un monje shaolín.
Poco después de las disculpas y los respectivos abrazos y conversaciones, sus padres lo largaron a estudiar al exterior. La carrera de medicina dura un promedio de 7 años; creo que me había dado al dolor de no verlo por este tiempo.
Pero llega mañana. De vacaciones, claro, pero estará tres meses.
En fin, el verdadero amor lo siento cuando el único recuerdo que tengo de esa horrible y violenta discusión es la apenas perceptible cicatriz de mi ceja izquierda. No he hecho nada para borrarla del todo, no lo necesito, el verdadero amor supera el dolor y el resentimiento. La sangre de esa herida no es más fuerte que la sangre que me une a mi hermano.