RSS

miércoles, 17 de octubre de 2007

Se busca

No importa que mida un metro ni pese casi 100 libras de oro y plata; tampoco importan sus casi 3000 incrustaciones de piedras preciosas. Es irrelevante su precio, ni que antes de ser pieza de museo haya sido objeto de adoración mística.

Es un objeto inestimable que no pertenece a la iglesia, ni a su cuidad de origen, ni siquiera a este país(aje). La custodia, señores, pertenece al mundo, es Patrimonio Artístico de la Humanidad; es una de las piezas de ofebrería hispanoamericana más bellas que, además, ha superado impasiblemente el paso de los siglos.

Esta pieza suficiente tuvo con ser desenterrada del terremoto de 1797 para que ahora expoliadores y traficantes quieran hacer de ella lingotes de metales preciosos.





0 Ya que entraste aquí, ¡COMENTA, CABRÓN!: